Seguramente ya has escuchado hablar de la copa menstrual, el nuevo descubrimiento del siglo XXI. Sin embargo, lo que muchas mujeres no saben es que fue inventada en los años 30, pero ha sido desplazada a un segundo plano por el mercado publicitario de las tradicionales compresas y tampones. En este artículo te explicamos cómo se utiliza.
Cómo utilizo una copa menstrual
El uso de la copa es tan sencillo que no querrás volver a los métodos tradicionales, y aún más cuando veas todas las ventajas que ofrece.
Es muy fácil poner la copa menstrual ya que solo hace faltaplegarla por la mitad mientras la agarras y te ayudas con los dedos al introducirla en la vagina, o utilizar el aplicador que traen algunas marcas. No hay que temer por empujarla: introdúcela lo suficiente, hasta que se quede totalmente fija. Sabrás que está en su lugar cuando no la sientas ni al caminar ni al sentarte. Si molesta, es que hace falta introducirla más adentro.
Si has visto algunas de ellas y crees que pueden ser demasiado pequeñas o grandes para ti, te recordamos que existen varios tamaños. La talla pequeña (la S o el número 1, dependiendo de la marca) es para mujeres que no han tenido hijos o menores de los 30 años. La talla grande (la L o el número 2) es para mujeres mayores de la edad indicada o que ya hayan tenido un parto.
Cuando te quieras quitar la copa menstrual, lo único que tienes que hacer es extraerla en la posición que te resulte más cómoda y verter el contenido en el WC. Dispone de un hilo en la parte externa para poder sacarla con facilidad.
Una vez que has terminado de utilizarla hay que lavarla. Mientras tengas el período, es suficiente con que la limpies con agua y un poco de jabón íntimo. Una vez finalizada la menstruación, tienes que esterilizarla en agua herviendo. Ten cuidado de no dejarla al calor mucho tiempo porque puede estropearse el material. Con cinco o siete minutos bastará. Algunas copas ya incluyen en el empaque un recipiente específicamente indicado para esterilizarla.
Ventajas de utilizar la copa menstrual
La copa menstrual está testada dermatológicamente y utiliza la silicona médica para evitar infecciones y posibles alergias, por lo que tiene muchos menos efectos adversos que los tampones que pueden provocar el Síndrome de Shock Tóxico (SST). Tampoco produce otras enfermedades como la candidiasis u otras infecciones, propias de las compresas. Con la copa no te expondrás a estos riesgos.
Por otro lado, el uso de la copa ayuda a cuidar el medioambiente. Considera la cantidad de tampones y compresas que has utilizado a lo largo de tu vida y que han sido depositados en los vertederos. Sin embargo una copa menstrual adecuadamente cuidada puede ser utilizada durante diez años.
Al contrario que los métodos tradicionales, los cuales tienen que ser reemplazados al cabo de unas seis horas como máximo, puedes llevar la copa durante muchas horas. No tienes que preocuparte por vaciarla cada poco tiempo ya que, aunque pueda parecer pequeña, retiene mucha cantidad de fluido.
Otra consideración importante es la económica. ¿Alguna vez has calculado cuánto has gastado en tampones y compresas? La copa menstrual es mucho más rentable pues puede ser reutilizada por largo tiempo. Esto representa un importante ahorro.
Los olores de la menstruación también quedan eliminados, ya que el flujo no se exterioriza como sucede con las compresas.
Una vez que aprendas a utilizar la copa menstrual, te preguntarás cómo has podido vivir sin utilizarla. Verás que no tiene complicación alguna. Practica un poco y si te surge alguna duda o dificultad no dudes en consultarnos.
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