Hace casi dos meses os hablábamos del coronavirus explicando un poco lo que se sabía y las expectativas que teníamos. Como la situación es muy cambiante y se ha extendido muy por encima de lo que cabría esperar hemos decidido hacer otra entrada para poneros un poco al día desde nuestro punto de vista.
En la entrada anterior explicábamos que la mortalidad no era muy elevada y que mientras se contuviese la infección esto no llegaría a dar problemas graves. A día de hoy todos sabemos que el control de la propagación, a excepción de China que actuó a tiempo, se perdió.
La mortalidad es algo mayor de lo que sabíamos a comienzos de febrero, pero es muy improbable que una vez que se estudie adecuadamente llegue a exceder el 4%. El problema principal que ha habido es que la sintomatología que parecía ser como una gripe, y de hecho así es en muchos casos, se complica con más frecuencia de la que se esperaba dando neumonías muy graves, sobre todo en gente mayor.
También se ha visto gente joven que llegan a estar en estado muy grave, pero estos casos son más que por la neumonía, por una reacción inmunitaria extremadamente intensa que pone en peligro la vida del paciente. De todas formas aunque hay gente joven que debe ser ingresada, incluso en cuidados intensivos, la mortalidad en este grupo de población es muy baja. El principal problema es la ocupación de camas que ahora mismo no están disponibles para muchos pacientes.
Esto junto con una capacidad de propagación muy elevada ha hecho que el número de enfermos graves se dispare, colapsando el sistema sanitario.
¿Por qué hay mortalidades diferentes entre los distintos países?
Se debe fundamente a los test que se emplean para confirmar los casos. Existen dos tipos de test:
El “lento”: Es una prueba en la que se estudia el ARN del virus, es muy fiable, pero tiene el inconveniente de ser cara y de requerir personal bien entrenado ya que es una técnica algo complicada y que requiere experiencia. Esto hace que con la situación y los medios limitados de los que disponen los hospitales de nuestra sanidad no se puedan realizar gran número de test y haya que seleccionar a los pacientes con síntomas.
El “rápido”: Son anticuerpos que reconocen al virus, funciona de forma similar a un test de embarazo, tiene la ventaja de ser barato y rápido pero es menos fiable. Depende mucho del fabricante. En situaciones en las que el número de casos se dispara como ahora, sería lo ideal, ya que por ejemplo se puede hacer a todos los sanitarios, aunque estén asintomáticos y a pacientes con síntomas leves para detectar esos casos que no son muy graves pero que sí que contagian.
En aquellos países con recursos que han podido realizar test de cribado a mayor número de posibles infectados, el control es mucho mayor, ya que circulan menos casos que pueden contagiar potencialmente. Además al haber mayor número de casos registrados con sintomatología leve, la tasa de mortalidad disminuye.
¿Cómo protegernos?
Con las medidas que explicábamos en la entrada anterior, eso no ha cambiado. La mascarilla ideal es la mascarilla de doble filtro FFP2. Las mascarillas quirúrgicas no son del todo fiables con el virus, aunque en muchos hospitales aún no han llegado las FFP2 y se están utilizando quirúrgicas.
¿Cuánto durara?
No se sabe bien, pero las medidas de control aplicadas comenzarán a tener efecto en pocas semanas. Cuando se consigan test rápidos fiables se diagnosticará a muchos portadores asintomáticos y la transmisión se frenará mucho. En la medida de lo posible hay que evitar el contacto, supermercados, hospitales…
Nosotros en la farmacia estamos siguiendo protocolos de desinfección y control muy estrictos. Por ahora estamos todos sanos y seguiremos atendiéndoos como siempre. Os seguiremos informando.
¡Mucho ánimo!
