¿Sabías que los micronutrientes son esenciales para tu organismo? Las vitaminas son esos compuestos que requieres en muy pequeñas cantidades pero que siempre son totalmente necesarias.
El prefijo “vita” proviene del latín (significando “vida”) y “amina” viene del concepto químico que alude a los compuestos nitrogenados. De por sí, ya indican que son totalmente necesarias para la vida. De hecho, las vitaminas más importantes para el organismo tenemos que ingerirlas a través de la alimentación o de complementos alimenticios.
La vitamina A es, por excelencia, la indicada para poder desarrollar una visión adecuada. El retinol, como también se le denomina, puede ayudarte a optimizar tu visión nocturna al ayudar en la formación de rodopsina. Muchas carencias asociadas a esta vitamina pueden llegar a producir ceguera.
Además, ayuda a transportar el hierro de los depósitos hasta tus glóbulos rojos, los encargados de hacer llegar los nutrientes a tus tejidos. Es una vitamina muy importante para la formación de las neuronas.
También tendríamos que nombrar la vitamina C, un hidrosoluble (que puedes excretar por orina), muy conocida por prevenir los resfriados en invierno gracias a su potente estímulo sobre el sistema inmunitario.
Por otro lado, es un potente antioxidante que ayuda a reparar las células de tu organismo y evita posibles mutaciones en ellas. También, colabora con la vitamina K para dar con una adecuada coagulación y cicatrización de heridas.
Es una vitamina que facilita la absorción de hierro, por lo que siempre debes complementarla con tu tratamiento farmacológico, en caso de padecer anemia ferropénica.
Sobre la vitamina D, es una molécula que, curiosamente, podemos sintetizar en nuestro cuerpo gracias a los factores que se activan en la piel, con la incidencia de rayos UVB. En la actualidad, se sabe que es muy importante para potenciar el funcionamiento de tu sistema inmunitario y evitar infecciones.
Su papel también tiene especial relevancia en el mantenimiento de la estructura ósea. Gracias a ella, se activa la absorción de calcio en el riñón e intestino para poder mantener los huesos y la contracción muscular. ¡Recuerda que el latido de tu corazón funciona gracias al calcio!
Por último, debes tener en cuenta la gran variedad en vitamina B: tiamina, riboflavina, niacina, B5, B6, biotina, ácido fólico y vitamina B12. Sus denominaciones pueden variar. Sin embargo, las funciones en tu organismo serán principalmente estructurales, ayudando a mantener y a proporcionar los elementos necesarios para formar todo tipo de células.
No solo te ayudan por dentro, sino que también reflejan el cuidado en tu exterior, ya sea en tu piel, como en el mantenimiento de la integridad de tus uñas y cabello.
Por otro lado, también se encargan de metabolizar los nutrientes obtenidos de tu alimentación, para que consigas la energía necesaria y tu cuerpo pueda funcionar y realizar, al menos, las funciones vitales (respirar, motilidad intestinal, contracción del corazón, etc).
Concretamente, la B12 ayuda a que maduren los glóbulos rojos en formación y la B9 a prevenir la espina bífida en el desarrollo del feto.
Las funciones de las vitaminas son más numerosas de lo que crees. Facilitan muchos procesos orgánicos, nos mantienen fuertes y saludables y potencian cualidades sin las que nos resultaría mucho más complicado llevar una vida normal.
Muchas de ellas actúan en la prevención directa de una gran diversidad de enfermedades y no cabe duda de que otras son imprescindibles para mejorar la función de órganos en concreto. Tan solo debes imaginar el trabajo beneficioso que puede hacer la vitamina C (como antioxidante) en el hígado, un órgano encargado de depurar los tóxicos constantemente. Los micronutrientes también pueden ser tu medicina.
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