El mal olor de pies te puede poner en una situación realmente incómoda cuando tienes gente a tu alrededor, y más aún si los pies huelen estando con el calzado puesto. Por supuesto, la higiene es imprescindible para luchar contra el mal olor de pies, pero en ocasiones este problema persiste a pesar de una buena higiene.
Debes encontrar las causas de tu problema para poder atacarlo directamente. Es un problema que afecta tanto a la persona que lo sufre como a las personas que le rodean, y puede provocar un rechazo social por parte de los demás y un complejo en la persona.
Buscar las causas del mal olor no es difícil, pero encontrar la solución puede llevarte un tiempo. No obstante vamos a intentar explicarte cuáles son los motivos que causan el mal olor para que intentes ponerle remedio, así como las posibles soluciones para eliminarlo.
Por supuesto, la rutina de higiene diaria es fundamental para atajar este problema, pero no es lo único que debes modificar para conseguir eliminar el olor. Existen otros factores que pueden ayudar a que la sudoración sea mayor y por tanto se forme el mal olor.
¿Por qué se produce el mal olor de pies?
Para poder solucionar el problema de la podobromhidrosis, su nombre científico, debes comprender cuales son las causas que lo provocan.
El mal olor de los pies está provocado por la proliferación de bacterias causadas por la humedad derivada del sudor. Al entrar esas bacterias en contacto con el aire se descomponen y provocan por tanto el mal olor.
Estas bacterias pueden aparecer debido a diferentes causas:
- La mala alimentación, con alto contenido en grasas saturadas.
- El contagio de hongos, sobre todo en verano donde se juntan el calor y la humedad.
- Los cambios hormonales, por lo que los encontramos más en los jóvenes.
- Cambios metabólicos.
- Trastornos nerviosos que nos provocan sudoración, como el estrés.
- Determinados medicamentos.
- Algunas enfermedades que provocan una mayor transpiración, como la diabetes.
El mal olor de pies puede ser un problema importante para algunas personas, ya que es persistente y por mucho que cuiden su higiene, el olor no desaparece.
La hiperhidrosis plantar consiste en sudar excesivamente sin necesidad de realizar ningún esfuerzo físico, o sin que haya factores que puedan provocar ese exceso de sudoración como un aumento de temperatura, por ejemplo en verano.
Este tipo de problema provoca que las bacterias o los hongos encuentren el lugar perfecto para acampar a sus anchas.
¿Cómo quitar el mal olor de pies?
A pesar de que el mal olor de los pies no es un problema de salud, si que es un problema para las relaciones sociales. Lo mejor es acudir a un especialista para que trate de solucionarlo.
Los posibles remedios son los siguientes, dependiendo del grado de sudoración que tengamos:
- La higiene: el uso de productos específicos como jabones antibacterianos directamente en los pies. En la mayoría de los casos de podpbromhidrosis, la limpieza frecuente puede solucionar el mal olor.
- Pomadas o polvos antibacterianos: si el uso de un jabón específico no funciona, debemos pasar al siguiente paso, que consiste en el uso de pomadas o polvos antibacterianos. Este tipo de productos es fácil de encontrar en cualquier farmacia. Déjate asesorar para adquirir el producto adecuado.
- Antitranspirantes tópicos: sería la siguiente opción, en caso de que las dos anteriores no funcionaran. Los antitranspirantes tópicos atajan el mal olor producido por las bacterias ya que eliminan el sudor. Estos productos están compuestos por clorato de aluminio en grandes cantidades, un componente que impide la transpiración.
- Fármacos anticolinérgicos: son aquellos que obstruyen las glándulas sudoríparas, y serían el siguiente paso para atacar el mal olor de pies en el caso de que los anteriores no hayan dado resultado.
- Toxina botulímica: es una alternativa que se utiliza para bloquear la sudoración, el inconveniente es que sólo inhibe la transpiración durante el tiempo que duren sus efectos.
- Intervención quirúrgica: es la última opción, y sólo para casos graves en los que todas las opciones que hemos explicado anteriormente hayan fallado. Lo más habitual en estas operaciones es eliminar las glándulas ecrinas.